domingo, 30 de junio de 2013

¿Qué es el Acne?

Es una enfermedad inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea/ folículo piloso(poro) que se caracteriza por la formación de comedones, pápulas eritematosas, pústulas, nódulos, quistes y/o cicatrices.
Es una enfermedad multicausal, existe aumento de la secreción sebácea y un engrosamiento de la capa externa de la piel (hiperqueratosis ductal), estos factores producen una obstrucción de los folículos sebáceos y originan los comedones abiertos y cerrados.
El acné no es un proceso infeccioso, pero sí existe colonización de bacterias (Propionibacterium acnés), que condiciona la aparición de la inflamación. Existen además otros factores que pueden agravar el acné, como son la menstruación, la aplicación tópica de productos muy grasos o la exposición al cloro. 

En cambio, la dieta (chocolate, etc.) y el estrés emocional no han mostrado evidencias de influir sobre el acné.

Existen tratamientos para el acné que pueden emplearse solos o en combinación para potencializar el resultado, cada uno de ellos debe de ser indicado previa valoración con un  especialista (Cosmetóloga, Dermatólogo(a)).

Limpiezas faciales. La limpieza profunda  ayuda a mantener la piel limpia y  sana. Durante los tratamientos faciales estamos limpiando, exfoliando, activando la circulación y nutriendo la piel.

Peelings. Se trata de producir exfoliación o abrasión de capas superficiales, medias o profundas de la piel y esperar a que la propia piel regenere estas capas. En determinadas ocasiones las exfoliaciones se pueden realizar de forma mecánica para mayor efectividad (microdermoabrasión).

Medicamentos locales/tópicos que secan la piel y promueven el crecimiento de la piel regenerada. Estos productos suelen contener peróxido benzoico, sulfuro, resorcinol, ácido retinoico (retin –A) o ácido salicílico.

Cuando el acné viene acompañado de infección es necesario que el médico prescriba antibióticos como la clindamicina y la eritromicina con el fin de controlarla y para que ésta no se extienda.


Las exposiciones al sol pueden parecer que en un principio mejoran el problema pero en muchos casos sólo generan un efecto “rebote” que lo único que consigue es empeorar las lesiones y dificultar su curación.

El acné representa actualmente una de las patologías dermatológicas más frecuentes. Afecta en torno al 80% de los adolescentes, con un pico máximo de incidencia entre los 14 y 17 años en las mujeres y entre los 16 y 19 años entre los varones, en relación con el inicio de la pubertad. 

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